sábado, 26 de noviembre de 2011

Navidad - Encendido Navdieño

            Supongo que en todas las ciudades ocurre igual, hasta que no se procede al encendido oficial de la iluminación navideña es como si la Navidad no hubiese llegado, así que este acto siempre tiene una especial repercusión.
            Mientras las Casas Consistoriales estuvieron en obras, el encendido se fue realizando por diversos puntos de la ciudad, no existía un epicentro, así por ejemplo un año se procedió a darle iluminación a un singular árbol formados por esferas situado frente al Teatro Pérez Galdós y posteriormente se realizó un recorrido en guagua turística para la prensa para mostrarle el resto de iluminación de la ciudad, que se había encendido simultáneamente a la misma hora en toda la ciudad.

            Sin embargo a pesar de que las Casas Consistoriales estuvieran en obras y con un gigantesca lona que cubría su fachada la Plaza de Santa Ana siguió siendo el epicentro de los principales actos navideños de la ciudad, como luego veremos y por eso se siguió instalando en dicha plaza un gigantesco árbol cónico que cada año cambia su juego de luces.
            El primer año que se pudo quitar la lona de la fachada de las Casas Consistoriales el árbol se instaló delante de estás y ese año tuvo la característica de que usaba energía completamente renovable pues funcionaba con una pila de hidrógeno, gracias a un convenio que se firmó con la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

           Desde que las Casas Consistoriales estuvieron operativas, volvió a retomarse la costumbre de realizar desde ahí el encendido oficial de toda la ciudad. Decidimos realizar algo que desconcertó a los asistentes el primer año, y que volvió a despertar la atención de los asistentes el siguiente año. Se procuró contar con grupos escolares, coros infantiles o agrupaciones vecinales para darles así una oportunidad de lucir su trabajo. Deberían ser dos grupos para que se simultanearan en el concierto de encendido.

            El acto era muy sencillo, en las escaleras de la Plaza de Santa Ana, delante de las Casas Consistoriales se ubicaban las agrupaciones corales infantiles y en penumbra casi a oscuras cantaban cada uno un tema navideño, esa era la forma de llamar al Espíritu de la Navidad, quien se encargaría de iluminar la ciudad. En ese momento el Alcalde, el primer año corrió a cargo del Alcalde en funciones el Ilmo. Sr. don Néstor Hernández López, da las Felicidades a todos los ciudadanos e invita a un niño y una niña de los grupos a que enciendan con él la ciudad. Juntos pulsan un botón y por arte de magia todo se llena de luz y alegría, se produce el encendido navideño. Luego prosigue el concierto simultaneándose los dos grupos.


            El siguiente año volvimos a repetir la misma acción para el encendido oficial de la Ciudad, y los asistentes volvieron a quedarse desconcertados con el comienzo del acto, aquello de que los niños cantaran casi a oscuras era muy extraño pero pronto comprenderían el por qué. Cada grupo cantó un villancico y tras ello el Alcalde felicitó en nombre de la Corporación a todos los Ciudadanos al tiempo que invitó a los miembros de uno de los grupos a que le ayudasen a encender las Casas Consistoriales y toda la Ciudad.


            A pesar de que se trata de una acto muy simple y relativamente corto, pues el concierto no suele durar más de media hora, la afluencia de espectadores es muy numerosa, y los grupos lo agradecen pues trabajan mucho durante todo el año y es el momento de demostrar sus logros musicales.


            El público que comenzaba extrañado por la falta de luz, pronto comprende lo que queríamos transmitir, que no es otra cosa que con la música llega el Espíritu de la Navidad, que el espíritu lo inunda todo con su luz. Este acto aunque parezca bobo tiene mucho trabajo detrás no es fácil coordinar los juegos de luces de la fachada para que se enciendan por sectores, que luego lo hagan las palmeras de la plaza y por último las farolas; y al mismo tiempo que se encienda toda la iluminación navideña de la Ciudad. Sin la profesionalidad del personal del servicio de alumbrado no podría ser posible, además de su paciencia pues aseguro que para el último encendido realicé al menos dos ensayos generales y a altas horas  de la noche para que el menor número de ciudadanos viera la iluminación de las Casas Consistoriales y la Plaza de Santa Ana antes de tiempo, pero en fin la alegría que produce la Navidad, bien valía el trabajo.

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